Etiquetado: responsabilidad por las generaciones futuras

Superhumanos según el ‘think-th(b)ank’. Transhumanismo y Fundación Bankinter

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Estoy de acuerdo en la ‘extranaturaleza‘ que, de por sí, posee el ser humano; pero esto tal vez sea excesivo. Siendo además una investigación avalada y alabada por una fundación bancaria, todo nos conduce de nuevo hacia la idea de «tecnoricos vs. tecnopobres»… Juzguen ustedes mismos/as:

«Esta publicación, reflejo del análisis realizado en la XXI reunión del Future Trends Forum celebrada en Madrid en diciembre de 2013, recoge las capacidades humanas que queremos alcanzar (o ya estamos alcanzado)  para ser Superhumanos. Capacidades que analizadas desde diversos puntos de vista: científico, tecnológicos pero también empresarial, ético y filosófico; y no sólo sobre el impacto que en el Humano sino cómo cambiaran nuestras relaciones sociales y nuestra humanidad.»

Acceso al documento completo, un pdf con muchos colorines.

El misterioso ‘ursucéfalo’

(Sobre lo que la ecología, a veces, no es)

«Una ensordecedora algarabía llegó entonces del lado donde tienen sus jaulones los simios. Eran los cinocéfalos que representaban su tenaz comedia religiosa, saludando entre ridículos saltos, un rayo del sol dorado y nuevo que se quebraba en los hierros de su jaula» (Ortega y Gasset, O.C. ed. Taurus, T. VII, p. 37).

 

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[…]

Os enlazo un breve ensayo sobre la «paradoja del ursucéfalo»; trata de una propuesta cultural que en su trasfondo pretende ser ecologista y en realidad no lo es. Resta decir que no es el único comportamiento en detrimento del ecologismo, ni el que mayor impacto tiene, lo importante es que lo llevan a cabo pseudoecologistas -en realidad casi participes de una ecología muy profunda- que se autoengañan.

(Un abrazo muy fuerte para los que, pese a todo y aunque tal vez no volviéramos a ir, allí estuvimos cuando el bosque nos habló…)

Leer el artículo en El Librepensador

frag.: «…esto es lo que de algún modo puede considerarse una disrupción herética de su propio dogma: una herejía. Pensar por el oso, implica más bien comprender la necesidad de preservar las condiciones de estabilidad favorables a su conservación como especie; los asistentes y organizadores del festival, deberíamos haber valorado las posibilidades de materializar una celebración de esas dimensiones sin alterar negativamente las condiciones del ecosistema receptor

Pensando para el mundo de los vivos, aunque desde una isla y entre muertos

Caronte isla de muertos

Composición a partir de «La isla de los muertos» y «La barca de Caronte».

«La filosofía no es un decir a otro, sino un decirse a sí mismo. No es faena de sociedad, sino menester de soledad. Filosofía es una especie de robinsonismo. Lo específico estriba en que el Robinsón filosófico no vive en una isla desierta, sino en una “isla desertada”, cuyos habitantes anteriores han muerto todos. Es la Isla de los Muertos: de los filósofos muertos, únicos compañeros de que la filosofía, en su soledad, ha menester y con quienes tiene trato» (Ortega y Gasset, La idea de principio en Leibniz y la evolución de la teoría deductiva).

Esta entrada está pensada para defender a un colega Robinsón que se enzarzaba en una difícil discusión de la que, por otra parte, no tomaré yo partido. El caso es que mi colega, y lo digo en el sentido de que lo siento cercano por su ánimo de pensamiento crítico, respaldaba su opción respecto de las próximas elecciones europeas –recuerden que ‘hoy’ estamos en mayo de 2014- en la lectura de textos clásicos que viene realizando. Al margen del desarrollo de dicha discusión, que versaba entre votar o no, me llamó la atención la reaparición de un par de comentarios en mi opinión bastante manidos.

El primero fue la afirmación, como un gran descubrimiento, de que los libros también están manipulados. En efecto, yo todavía no he podido escribir lo que se dice un “libro completo”, aunque no me falta material disperso para reunir un buen legajo; no obstante, puedo, y lo mismo harían muchos de ustedes, decir con toda seguridad que sí, que cada una de las frases que escribo está severamente manipulada, paladeada, degustada, dicha y redicha, repensada hasta el punto que me acuesto y fragmentos de lo que vengo de escribir me asaltan obsesivamente y me reclaman que los considere. Además, en última instancia, cualquier autor, que no digo que yo lo sea, sueña con que sus libros sean posteriormente muy manipulados por todos aquellos/as lectores/as que pudiera encontrarse en el camino de su distribución. Otro asunto muy distinto es la medida en que los autores que uno lea estén manipulados, o sea si alguien les ha pagado por poner en texto lo que ponen. En definitiva, la misma idea de ‘libro’ es de por sí una manipulación, en tanto que proyecto compuesto por un relativo objetivo performativo. Todo mensaje es una manipulación, pero a dos bandas: emisor y receptor; más le vale al último abordar los libros con la perspectiva crítica adecuada, pues, todo sea dicho de paso, ningún libro deja de enseñarte algo, aunque sea ‘rebeldía’ y, por mi parte sí, revolución.

El segundo argumento fue una frase que no era la primera vez, ni mucho menos, que veía: «La vida está ahí fuera, con las personas, no entre libros y cuatro paredes». En principio, nada que objetar; aunque la vida, o al menos lo que se dice “mi vida”, creo que también está dentro de mí mismo y no tanto con las personas, pues estaría yo muerto de ser así. Tenemos así en primer lugar que el filósofo, o más bien diremos el pensador, no está totalmente desvinculado del mundo de la vida cuando se aísla a meditar, pues él mismo es unidad indivisible del holón ‘vida’–decimos ‘unidad’ por decir algo, pues consideren la cantidad de microorganismos que sobreviven (¡y que nos ayudan a sobrevivir!) gracias a su parasitarnos, ya sea en nuestros intestinos, en las escamas de nuestra piel, etc….-. Pero esta frase permite más desarrollo. Dicha así podría llevarnos a creer que el pensador es un ente aislado y recluido, como decía, entre cuatro paredes. Bueno, puedo hablar por mí y mi tema, de mi libro todavía no y por ello permaneceré en la estancia aunque no se hable de él, para discutir la futilidad de semejante afirmación.

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Anástasis televisada (Disolución de la historia por transfusión de tecnología)

A propósito de la Anástasis que se celebra en estos días, la nave del phrontisterion emprende un nuevo viraje retrospectivo. Imaginen, como en El video Jesús (Andreas Eschbach), que alguien consigue retroceder al pasado para tomar unas imágenes de Jesús de Nazaret. El argumento del libro de Eschbach, relata la lucha que comenzará entre distintos grupos, por apoderarse (del poder) de estas imágenes. No dudamos en que la difusión de las mismas revolucionarían el curso de la  historia de la humanidad: muchas preguntas podrían ser entonces contestadas.

Sin embargo, creo que la citada novela no explota al máximo la idea que plantea. Me gustaría añadir -a partir de una licencia esencial, en la que el camarógrafo time traveler pudiera volver al punto de partida- dos dimensiones del cumplimiento de esta posibilidad: una cómica, siempre desde el respeto formal; otra dramática, con menos concesiones a la corrección.

Tron Jesus

 

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¿Arqueros o monstruos que fracasan?

Praxis prefigurativa en José Ortega y Gasset y la idea de responsabilidad intergeneracional

 

(Algo muy breve que he escrito como propuesta tardía para un congreso).

Extr.:

«…el material básico de las generaciones, el llamado a cumplir con su parte de la misión conjunta, es, como decía Benavides: un «monstruo propicio». La enfermedad que sufre, su extranaturaleza, su exceso de fantasía, le proporcionan al humano una posición privilegiada y brutalmente inaudita para el resto de la vida en la tierra. Sin embargo, cabría, a la luz de la realidad actual, considerar que este monstruo viene fracasando con renovado empeño: se desvela entonces, más bien, como un monstruo “que propicia” -como no podía ser de otra manera- monstruosidades.»

 

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Paper for ECPR Summer School, 17th-28th June 2013, Keele University