Etiquetado: prefiguración

Pensando para el mundo de los vivos, aunque desde una isla y entre muertos

Caronte isla de muertos

Composición a partir de «La isla de los muertos» y «La barca de Caronte».

«La filosofía no es un decir a otro, sino un decirse a sí mismo. No es faena de sociedad, sino menester de soledad. Filosofía es una especie de robinsonismo. Lo específico estriba en que el Robinsón filosófico no vive en una isla desierta, sino en una “isla desertada”, cuyos habitantes anteriores han muerto todos. Es la Isla de los Muertos: de los filósofos muertos, únicos compañeros de que la filosofía, en su soledad, ha menester y con quienes tiene trato» (Ortega y Gasset, La idea de principio en Leibniz y la evolución de la teoría deductiva).

Esta entrada está pensada para defender a un colega Robinsón que se enzarzaba en una difícil discusión de la que, por otra parte, no tomaré yo partido. El caso es que mi colega, y lo digo en el sentido de que lo siento cercano por su ánimo de pensamiento crítico, respaldaba su opción respecto de las próximas elecciones europeas –recuerden que ‘hoy’ estamos en mayo de 2014- en la lectura de textos clásicos que viene realizando. Al margen del desarrollo de dicha discusión, que versaba entre votar o no, me llamó la atención la reaparición de un par de comentarios en mi opinión bastante manidos.

El primero fue la afirmación, como un gran descubrimiento, de que los libros también están manipulados. En efecto, yo todavía no he podido escribir lo que se dice un “libro completo”, aunque no me falta material disperso para reunir un buen legajo; no obstante, puedo, y lo mismo harían muchos de ustedes, decir con toda seguridad que sí, que cada una de las frases que escribo está severamente manipulada, paladeada, degustada, dicha y redicha, repensada hasta el punto que me acuesto y fragmentos de lo que vengo de escribir me asaltan obsesivamente y me reclaman que los considere. Además, en última instancia, cualquier autor, que no digo que yo lo sea, sueña con que sus libros sean posteriormente muy manipulados por todos aquellos/as lectores/as que pudiera encontrarse en el camino de su distribución. Otro asunto muy distinto es la medida en que los autores que uno lea estén manipulados, o sea si alguien les ha pagado por poner en texto lo que ponen. En definitiva, la misma idea de ‘libro’ es de por sí una manipulación, en tanto que proyecto compuesto por un relativo objetivo performativo. Todo mensaje es una manipulación, pero a dos bandas: emisor y receptor; más le vale al último abordar los libros con la perspectiva crítica adecuada, pues, todo sea dicho de paso, ningún libro deja de enseñarte algo, aunque sea ‘rebeldía’ y, por mi parte sí, revolución.

El segundo argumento fue una frase que no era la primera vez, ni mucho menos, que veía: «La vida está ahí fuera, con las personas, no entre libros y cuatro paredes». En principio, nada que objetar; aunque la vida, o al menos lo que se dice “mi vida”, creo que también está dentro de mí mismo y no tanto con las personas, pues estaría yo muerto de ser así. Tenemos así en primer lugar que el filósofo, o más bien diremos el pensador, no está totalmente desvinculado del mundo de la vida cuando se aísla a meditar, pues él mismo es unidad indivisible del holón ‘vida’–decimos ‘unidad’ por decir algo, pues consideren la cantidad de microorganismos que sobreviven (¡y que nos ayudan a sobrevivir!) gracias a su parasitarnos, ya sea en nuestros intestinos, en las escamas de nuestra piel, etc….-. Pero esta frase permite más desarrollo. Dicha así podría llevarnos a creer que el pensador es un ente aislado y recluido, como decía, entre cuatro paredes. Bueno, puedo hablar por mí y mi tema, de mi libro todavía no y por ello permaneceré en la estancia aunque no se hable de él, para discutir la futilidad de semejante afirmación.

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Videoarte reivindicativo: la ecología de John Zerzan

Lo diremos por vigésimo primera vez, en la entrada 101 de nuestro phrontisterion: hay que decrecer, hay que despertar de la tecnoutopía del engañoso y malvado ecocapitalismo.

john Zerzan, ecology, ecología

Últimamente, pocos documentos, a excepción de algún texto de David Graebber y la excelente compilación Pensar desde la Izquierda, han conseguido engorilarme en la medida en que lo ha logrado hacer la pieza de videoarte Surplus: terrorized into consumers (online subt.) Sigue leyendo

Imagen de la posibilidad de una política prefigurativa en España

Muchos/as de vosotros/as sabeís que últimamente estoy bastante interesado por la noción de política prefigurativa. Costaría líneas y líneas introducirnos en este tema, que nace de la exégesis bíblica, por ejemplo, en Isidoro de Sevilla (Cartagena, 556- Sevilla, 636), para reformularse y aplicarse a una política concreta en la línea que inaugura Karl Marx (su rastro continúa en Lenin, Bloch, Gramsci y, sí, Slavoj Zizek [muy recomendable El año que soñamos peligrosamente]). Os recomendaría que leyerais a Joel Kovel (especialmente, The enemy of nature) para aproximaros a esta idea desde la perspectiva ecosocialista, y que el sufijo que acompaña -socialista- no fuera un factor que os desanimara, socialismos hay muchos y de muy diverso tipo.

De todos modos, vale la pena destacar una de sus carácterísticas, que hoy viene muy bien ilustrada por una imagen en el diario Público. Una de las estrategias más útiles de la política prefigurativa, es su interés por encontrar proyectos políticos y vitales en los que puedan confluir la gran mayoría de Nuevos Movimientos Sociales, o cualquiera de los individuos que preferiría un viraje en la orientación del poder planetario.

Personalmente, pongo en duda muchos de los ‘links’ que se establecen en la ilustración, sin embargo, es sin duda la prueba irrefutable de que existen nexos comunes en los que, por recuperar el ánimo de Isidoro de Sevilla, las clases subalternas querrían comulgar, confraternizar. Existen proyectos, existen alianzas preciosas, ahora deberíamos ir allí donde vemos señales de un posible cambio, allí donde asoma un horizonte todavía esperanzado.Imagen

 

Policía y sociedad civil: Quis custodiet ipsos custodes?

Tras los recientes altercados entre la sociedad civil y el aparato «vigilante y protector» del estado…police

«¿Quién vigilará a los vigilantes?» se preguntaba el poeta Juvenal, recuperando un diálogo que se remonta hasta Sócrates y Platón. Hoy tenemos que hacernos la misma pregunta a la luz de hechos como los que vienen sucediendo. Debemos tener presente, esta es la realidad, que existen comandos de policías infiltrados en las manifestaciones convocadas por la sociedad civil, con el único ánimo de provocar espirales de violencia; es decir, de ser quién comienza los actos vandálicos para arrastrar a los más radicales hasta su propia automarginación.

http://www.larepublica.es/2014/03/policias-infiltrados-en-una-manifestacion-sacan-sus-porras-extensibles-para-no-ser-golpeados-por-los-mossos/

Lo que el aparato represor del estado pretende, en ‘legitima’ posesión de la violencia, es dispersar las valiosas alianzas surgidas en el seno de esta crisis actual, que, por un motivo u otro, apuntan contra diferentes rasgos del capitalismo contemporáneo. En términos de Gramsci, hoy se habrían desencadenado los procesos hacia la hegemonía de las clases subalternas de la sociedad, organizando una masa compacta capaz de superar la propia resistencia del sistema dominante. El siguiente paso, habrá de ser la prefiguración hoy ya de instituciones justas (y ecológicas).

La estrategia del «gobierno español», a través de la represión policial, quiere cercenar los preciados vínculos que los distintos grupos alter-capitalistas han establecido. Tal vez pretendan que nosotros y nosotras mismas, constituyamos una especie de policia para «vigilar y castigar» a los más radicales. Como castigo, estos no podrán desfilar en el ‘manifestódromo’ al que nos estamos conduciendo.

 

 

 

 

 

¿Arqueros o monstruos que fracasan?

Praxis prefigurativa en José Ortega y Gasset y la idea de responsabilidad intergeneracional

 

(Algo muy breve que he escrito como propuesta tardía para un congreso).

Extr.:

«…el material básico de las generaciones, el llamado a cumplir con su parte de la misión conjunta, es, como decía Benavides: un «monstruo propicio». La enfermedad que sufre, su extranaturaleza, su exceso de fantasía, le proporcionan al humano una posición privilegiada y brutalmente inaudita para el resto de la vida en la tierra. Sin embargo, cabría, a la luz de la realidad actual, considerar que este monstruo viene fracasando con renovado empeño: se desvela entonces, más bien, como un monstruo “que propicia” -como no podía ser de otra manera- monstruosidades.»

 

Imagen

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